miércoles, 26 de enero de 2011

Reflexión para los dueños de su propio mejor amigo

Desconozco la autoría de este escrito, que llegó a mis manos mediante la madre de un gran amigo, pero deseo plasmarlo a modo de reflexión conjunta sobre determinados comportamientos que los dueños de animales, en este caso del perro (el reconocido como mejor amigo del hombre) llevamos a cabo en determinadas ocasiones. Hay algo que no hay que olvidar, somos seres humanos, pero antes que eso, seres, seres vivos. ¡Respetémos esas vidas!



Los Diez Ruegos de un perro a los seres humanos:

- Mi vida dura unos 10 a 15 años. Cada separación de ti es para mí un sufrimiento. Piénsalo bien antes de adquirirme.
- Dame tiempo para comprender lo que quieres de mí.
- Infúndeme confianza, pues vivo de ella.
- No te enojes demasiado conmigo y no me encierres como castigo. Tú tienes tu grabajo, tus diversiones y tus amigos. ¡Yo sólo te tengo a ti!
- Habla conmigo de vez en cuando.
- Aprende a tratarme como es debido. Yo nunca lo olvido.
- Antes de pegarme, piensa que mis mandíbulas podrían destrozar fácilmente los huesecillos de tu mano y, sin embargo, no hago uso de ellas.
- Antes de que me taches de "inútil", "testaruado" o "perezoso" cuando me pides que haga algo y no lo hago, piensa que ha podido sentarme mal la comida, o que he estado demasiado tiempo al sol, o que mi corazón puede estar cansado.
- Ocúpate de mi cuando llegue a viejo, tú también lo serás algún día.
- Quiero que estés a mi lado cuando llegue ese difícil trance.

No digas nunca "no puedo resistirlo" o "que suceda cuando yo no me halle presente". Todo me resultará más fácil si estás conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario